La carrera de Chimaira ha estado llena de altibajos, sobre todo por la cantidad de miembros que han pasado por el grupo desde su formación, tantos han sido que solo queda Mark Hunter, el cantante, como único miembro fundador. Evidentemente tanta salida y entrada ha repercutido más de una vez en el sonido del grupo y en la calidad de sus álbumes. Tantas marchas y a su vez tantas incorporaciones han hecho que la banda no se decantara por un estilo y sonara algo dispersa, sin afianzarse en su personalidad, por lo que muchos de sus discos se quedaran en un intento de probar algo nuevo pero con resultado regular.
Con una formación totalmente renovada, a excepción de Mark Hunter como ya decíamos y que puede considerarse el único nexo común en toda su carrera Chimaira nos ofrece un disco más sólido y compacto que su anterior Age Of Hell que pecaba de todo lo que ya hemos hablado, una banda que se encontraba perdida. Este nuevo plástico no es solo una colección de canciones puestas en más o menos un orden natural, sino que si que suena a un disco que puede ser escuchado de principio a final y que posee una cierta coherencia.
Las guitarras suenan quizás esta vez más técnicas que nunca con unos riffs muy elaborados y sobre todo variados, alternando partes rápidas con otras más pesadas, incorporando también incluso algunos solos de guitarra y líneas más melódicas. También han vuelto incluir mas electrónica, ha habido discos que si tenían más texturas y ambientes electrónicos mientras que sin embargo otros parecían que ni siquiera tenían ya a algún miembro que se encargara de este papel, cosa que me dejaba descolocado. Aunque tampoco es que la electrónica sea la protagonista si que se hace notar y no queda tan tapada por los instrumentos como en anteriores ocasiones, algunas partes me han recordado un poco a las atmósferas que a veces posee Neurosis.
Pues lo dicho, un claro ejemplo de lo mencionado es la primera canción, The Machine, cañera con un riff galopante que suena 100% Chimaira con sus correspodientes arreglos electrónicos. Como ejemplo de riffs técnicos tenemos No Mercy o All That´s Left Is Blood que se mueven entre los cambios de ritmo. I Dispise incorpora más melodía sin perder la contundencia, una canción que me ha recordado a su anterior The Infected por el tipo de riffs que cuentan con un sonido parecido al de aquella época.
También el disco cuenta con algunos sonidos nuevos como son los coros de voces masculinas en el interludio The Transmigration o Wrapped Violence con una distorsión de guitarras para las melodías que les ha quedado muy original, casi parecen sonidos de electrónica. Love Soaked Death destaca sin embargo por su estribillo melódico y por ser de las pocas partes cantadas que podremos tararear.
Parece que esta vez el cambio de formación si le ha sentado bien a Chimaira, aún así espero que el grupo disponga de más estabilidad y pueda ir progresando, para así poder ir hacía delante y no dar tantos pasos en falsos como en anteriores ocasiones.
-Lo mejor: Vuelven a sonar inspirados.
-Lo peor: Tanta inestabilidad sufrida últimamente.
NOTA: 8
Tracklist:
1. The Machine (04:01)
2. No Mercy (04:34)
3. All That´s Left Is Blood (03:17)
4. I Dispise (03:46)
5. Plastic Wonderland (05:04)
6. The Transmigration (02:26)
7. Crown Of Phantoms (03:58)
8. Spineless (03:17)
9. Kings Of The Shadow World (05:22)
10. Wrapped In Violence (04:23)
11. Love Soaked Death (04:17)
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