Nunca se me pasó por la cabeza que Soundgarden fueran a volver después de tanto tiempo, a veces uno se pone a pensar que bandas que se separaron podrían volver y Soundgarden no había estado nunca entre ellas, sobre todo porque 16 años desde su último disco es muchísimo tiempo y parecía que los anteriores intentos por unir a la banda habían sido en vano. Pero en 2010 ocurrió el milagro y se produjo la anunciada vuelta a la vida de Soundgarden, uno de los grupos más innovadores y originales de la década de los 90. Dos años más tarde tenemos nuevo disco y las expectativas formadas en torno a él lógicamente eran enormes, al igual que los miedos sobre que podríamos encontrarnos.
El primer tema de adelanto es el primero que abre el disco, Been Away Too Long, una canción de tinte muy rockero y directa, pero que creo que no representa bien lo que nos encontraremos en el disco. La siguiente es Non-State Actor, donde me gusta mucho el sonido de las guitarras y donde Cornell vuelve a cantar como los buenos y viejos tiempos.
Ya en la tercera canción creo que es donde olemos el aroma que siempre desprendió Soundgarden, es cerrar los ojos y volver a los 90, recordar ese estilo maldito que creíamos haber olvidado, Grunge. Con A Thousand Days Before ocurre lo mismo y Kim Thayil nos ofrece un fraseo de guitarra con cierto toque hindú y con algo de experimentación. Es esto una de las cosas que más me ha gustado del disco, hay ciertas ganas de ampliar el sonido de Soundgarden, no solo de anclarse en el pasado, sino de arriesgarse en la búsqueda de nuevas ideas.
El quinto tema, Blood On The Valley Floor cuenta con un gran riff de guitarra grave, en una onda Queens Of The Stone Age. A pesar de ser un tema un poco repetitivo tiene algo que engancha y lo hace resaltar. Luego llega Bones Of Birds y señoras y señores, silencio, la piel de gallina, canta el maestro Cornell de una manera tan oscura y sentida en las partes lentas que parece que volvieramos a la época gloriosa de Superunknown.
Trás esta agradable vuelta a nuestra juventud la cosa decae un poco con Taree y Atrittion, canciones de influencia más hard rock, que hacen bajar un poco el nivel del disco. Black Saturday comienza con unas guitarras acústicas y con una percusión tribal, un gran principio y que suena 100% a Soundgarden. La décima en caer es Halfway There, también con comienzo acústico y que es la más comercial del disco, sobre todo por su estribillo y estructua simple.
En los tres últimos temas encontraremos la mayor experimentación. Primero con Worse Dream con un gran sonido de bajo de Ben Shepherd y Eyelids Mouth y su estribillo pegadizo acompañado de coros. La que cierra es Rowing, la más rara del disco, por su principio, con ese riff de bajo y esa batería procesada, que desemboca en un buen hacer de todo el conjunto. Mención especial a Ben Shepherd por el sonido de bajo conseguido y al crack de Matt Cameron que se sale en todo el disco.
Una vuelta muy digna de un gran grupo que nunca debió de haberse ido, que su vuelta sea para largo.
-Lo mejor: Hay momentos en el disco de verdadera magia.
-Lo peor: Algún bajón por la mitad.
NOTA: 8
Tracklist:
1. Been Away Too Long (03:35)
2. Non State Actor (03:54)
3. By Crooked Steps (03:57)
4. A Thousand Days Before (04:23)
5. Blood On The Valley Floor (03:41)
6. Bones Of Birds (04:18)
7. Taree (03:38)
8. Atrittion (02:46)
9. Black Saturday (03:26)
10. Halfway There (03:13)
11. Worse Dreams (04:52)
12. Eyelids Mouth (04:28)
13. Rowing (05:04)
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