Metal industrial
Trás 13 años Godflesh resucita y Justin Broadrick y C.G.Green vuelven a poner la maquinaria en funcionamiento. Después del EP Decline And Fall, donde ya se intuía el sonido que podría llevar este álbum donde los riffs pesados y aplastantes llevaban el protagonismo, todo ejecutado ahora con una guitarra de 8 cuerdas para aportar aún más contundencia a las guitarras. Una especie de puesta a punto dedicada a engrasar los pistones para lo que nos encontraríamos en este álbum de regreso.
La vuelta de un grupo después de tanto tiempo siempre supone enfrentarse a la incertidumbre y temores de lo que serán capaces de ofrecernos. Claro está que todo esto siempre depende de las expectativas que antes nos hayamos estado formando mientras esperábamos el disco, pero está claro que esta vez no hay motivo para sentirse decepcionado. Sin embargo una vez recuperado de la bofetada que supone la escucha inicial, luego me he dado cuenta que el Sr. Broadrick podría haber arriesgado un poco más.
El álbum peca de moverse siempre sobre las mismas bases, una batería programada que se desenvuelve perfecta a medio tiempo, insertada para el lucimiento de los riffs pesados, en general lentos y contundentes sobre un bajo martilleante que es la base de la potencia de Godflesh. ¿Y no fue siempre esto Godflesh? Por eso os digo que el disco me produce sensaciones encontradas, unas veces me encanta y otras veces me cansa. Creo que una vez pasada la sorpresa inicial el disco empieza a perder fuelle.
Temas como el primero New Dark Ages o Shut Me Down son bombas de relojería, que nos aplastan con esos ritmos mecánicos, puro metal industrial, encorsetado, movíendose sobre la misma base, como si de una cadena de montaje se tratara, haciendo su trabajo a un ritmo programado. Otros temas se salen un poco de estos patrones, pero apenas nada y suenan más disonantes, quizás un poco más experimentales pero sin olvidar en ningún momento cuál es el sonido de Godflesh, como pueden ser Imperator, con una voz un poco más melódica, sin la mala leche que tiene todo el disco o Forgive Our Father que se basa más en disonancias que en riffs.
Godflesh vuelve fuerte, eso no hay que negarlo pero podría haber intentado ampliar un poco más su sonido en alguna canción, alguna novedad que nos hubiera dejado intuir cuál puede ser su futuro de aquí en adelante. A partir de ahora viene la prueba de fuego, o seguir o volver a parar, como siempre el tiempo nos lo contará.
-Lo mejor: Puro Godflesh 100%.
-Lo peor: Se echa un falta alguna idea que sonara más novedosa.
NOTA: 7
Tracklist:
1. New Dark Ages (04:51)
2. Deadend (05:08)
3. Shut Me Down (04:26)
4. Life Giver Life Taker (05:28)
5. Obeyed (05:35)
6. Curse Us All (03:47)
7. Carrion (06:05)
8. Carrion (06:05)
9. Imperator (04:27)
10. Towers Of Emptiness (06:35)
11. Forgive Our Fathers (07:40)
Sonido denso, marcado por el bajo. Es atractivo aunque algo monótono en unas primeras pasadas. Las voces muy escondidas en la producción pero lo que me gusta es que hay identidad. Nunca he sido seguidor de Godflesh por lo que no puedo comparar esto con lo que antes hacían. Pero por lo singular del sonido, le daría ese 7 también.
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Esteban
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