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jueves, 7 de mayo de 2015

Hamlet - "La Ira"

Metal/Hardcore/Nu-Metal

Hamlet nunca ha dejado de sorprenderme con cada nuevo lanzamiento. Parece que últimamente se dice mucho eso de que la banda se ha arrimado siempre al sol que más calienta en referencia a que han sonado al metal que más de moda estaba en ese momento. No creo que sea del todo cierto, sino más bien han actualizado su propuesta para que el grupo no se quedara estancado y así ofrecernos siempre algo nuevo y sin abandonar su personalidad, la cuál es cada día más sólida y reconocible.

Ha habido muchos momentos y épocas y la verdad es que nunca me han decepcionado, incluso el álbum que para muchos supuso un bajón, Syberia, me parece a día de hoy el disco más interesante de Hamlet, por sonar distinto a todos los demás y por estar cargado de una melodía y oscuridad como ningún otro disco. Quizás Pura Vida, el siguiente, por ser continuista, haya sido el momento menos impactante de Hamlet, pero de todas maneras a pesar de situarse en un término medio también contó con momentos muy disfrutables con unos riffs de guitarra muy elaborados.

También antes de la salida de este nuevo disco Hamlet hizo una gira íntegramente recordando su álbum Insomnio, situación que creo que ha hecho que la banda recupere sonidos del pasado que estaban olvidados pero que siempre formaron parte de su personalidad y que todos los fans tenemos muy marcados. Esta primera época fue crucial para Hamlet con la dureza de Revolución 12111, el sonido clave que supuso Insomnio y la brillantez de El Inferno.

Tras este repaso de Hamlet centrémonos ahora en La Ira, grabado de manera analógica, para hacer que el grupo suene con la dureza y potencia que consiguen en su local de ensayo (en palabras de la propia banda). Lo que más llama la atención de primeras es la producción, con todos los instrumentos al mismo nivel, incluso la voz está situada al mismo límite. Mezcla que ha corrido a cargo por cierto de Kurt Ballou, guitarrista de Converge y uno de los productores de moda en el negocio metalero actual.

Lamento abre el disco y la sorpresa ya se refleja desde el minuto uno, una canción con un estribillo melódico, que se mueve entre la calma y la dureza, una mezcla de sensaciones entre su anterior Amnesia y Syberia. El solo de guitarra detrás del estribillo merece mención aparte ya que sitúa la canción en su momento más épico.  Imperfección es directa, pero no por ello carente de calidad compositiva y lo que parece de primeras una canción sencilla cuenta con grandes atractivos, como esas guitarras melódicas que se alternan con las más cañeras. Ruda y bestial, con cierto aire a sludge es Mi Religión con unos riffs que se nos clavan en el cerebro como un martillo percutor, la parte final y ese bombo que marca el riff al final es puro headbanging.

Ser O No Ser es la primera sorpresa y nos trae de golpe y porrazo a los primeros años del grupo, es inevitable no pensar en Revolución y por supuesto en Insomnio cuando Molly canta sobre la base de bajo y donde las guitarras van sonando sólo en momentos puntuales. Sin pausa comienza Salvación con unos ritmos más densos y pausados, que puede recordar a bandas como Crowbar y que nos traen de nuevo a Amnesia al recuerdo.

La cara de póker se me quedó cuando escuché por primera vez Nadie Más y a Molly de nuevo rapear. Una idea genial volver a evocar esos momentos pasados nu metaleros que tan buenos momentos nos hicieron vivir. Las letras siguen siendo del estilo de las últimas épocas pero en ocasiones nos traen alguna referencia más directa como los primeros años. Casi me olvido de recordar el álbum negro (¡que sonido de guitarras tiene ese disco!) y Ciudad De Dios nos aplasta con esos riffs marcados y potentes acompañados de unos ritmos bestiales de batería, la cuál cuenta para este disco con una enorme pegada.  Sin Tiempo Que Perder nos engaña con sus guitarras melódicas del principio volviéndose más hardcore luego y alterna luego riffs más lentos para que Molly se desgañite transmitiéndonos toda su rabia

Vamos llegando al final y en Miseria son dignas de destacar esas guitarras dobladas del principio y el solo el cuál nos hace echar de menos algún otro durante el disco. Esa furia hardcore nos vuelve a recordar a las canciones más cañeras de Insomnio. Irreductibles y esos riffs profundos y pesados, con esa base rítmica que te enraíza al suelo se guarda para el final un riff melódico que nos trae de nuevo El Inferno a la tierra. Niega despide el álbum como tal, momentos de blast beats con un estribillo muy cabreado y que nos trae quizás los momentos más despiadados de todo el disco.

No despidamos antes esta crítica sin mencionar los dos bonus tracks, Testificar y Me Olvidaste con un aire ligeramente distinto al resto del álbum que mezclan momentos de calma con aires más metaleros. Guitarras que suenan más atmosféricas en ciertas partes pero que tampoco olvidan la contundencia y con un Molly que desgrana unas letras más etéreas. Tras esto, la sensación que deja el álbum, aparte de sentir que nos ha pasado un rodillo por encima, es que Hamlet se muestra como una banda plenamente asentada en la madurez, pero entendida esta como la frialdad que hace que el grupo sea consciente de qué nutrirse en su sonido para que su identidad esté cada día y con cada disco más asentada. Banda clave para entender una época del metal en nuestro país. Insustituibles.

-Lo mejor: La mezcla de todas las épocas a las que hace mención el disco.
-Lo peor: A veces alguna palabra no la entiendo entre tanto rugido de guitarras.

NOTA: 8,5

Tracklist:

1. Lamento (03:37)
2. Imperfección (02:58)
3. Mi Religión (04:00)
4. Ser O No Ser (03:46)
5. Salvación (03:36)
6. Nadie Más (03:16)
7. Ciudad De Dios (02:53)
8. Sin Tiempo Que Perder (04:37)
9. Miseria (03:23)
10. Irreductibles (03:09)
11. Niega (03:36)
12. Testificar* (05:47)
13. Me Olvidaste* (06:05)
*Bonus Tracks



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