Power/Thrash/Progresivo
Si he de ser sincero los últimos álbumes de Symphony X, más concretamente desde Paradise Lost me han gustado, pero tampoco me han maravillado, han sido de esos álbumes que los escuchas durante un tiempo, disfrutas sus momentos pero luego con el paso del tiempo se recuerda muy poco de ellos. En The Iconoclast, su anterior disco, me gustó por la manera en que endurecieron su sonido (aún más), pero sin embargo a pesar de tener muy buenas ideas era un álbum que se quedaba un poco a medias, ya que estas no estaban demasiado bien desarrolladas. Con este nuevo disco la verdad es que la banda sigue siendo todavía bastante conservadora y al tener una carrera ya tan extensa, los riesgos que se atreven a correr son pocos. Con tantas nuevas bandas que están despuntando en la actualidad en el progresivo, Symphony X podría haber aprovechado para dar un golpe de autoridad para ponerse al frente de todas ellas, pues calidad no les falta, sin embargo se han dedicado a apostar sobre seguro.
Pero centrémonos de lleno en este nuevo Underworld que se nos presenta con Overture, una introducción que suena muy cinematográfica, sinfónica y que podría recordar a la banda sonora de películas como el Señor de los Anillos. La siguiente fue el single de presentación del disco, Nevermore, que suena muy thrash, sin teclados, con unas guitarras de Michael Romeo muy técnicas y riffs elaboradísimos. En esta canción ya se nota ese endurecimiento que apareció en Paradise Lost. Más influencias de su pasado posee el tema que da título a esta nueva obra, Underworld, donde aquí si aparecen esos teclados tan característicos, un tema que sin abandonar esa potencia de la que hacen gala tiene más momentos Power metaleros, sobre todo en la voz de Russell Allen que aporta su registro más melódico.
Without You es una especie de balada pero con momentos poderosos, que la primera vez se me hizo un poco extraño su estribillo, algo forzado, pero con el tiempo me ha ido gustando más donde la epicidad y la melodía van unidas de la mano. Kiss Of Fire sin embargo es el contrapunto de esta, muy veloz y rápida, orientada en su totalidad al thrash, recordando a bandas como Testament y donde Allen a pesar de aportar algún toque más melódico suena más agresivo, casi gutural en su segunda parte, al igual que los ritmos donde el doble bombo cobra más protagonismo; de las canciones más extremas de su discografía. Tampoco se queda atrás Charon, también plagada de ritmos contundentes y una técnica que tira de espaldas como no podía ser de otra manera; el estribillo es épico y marca de la casa, donde hay que destacar el lucimiento de los solos de Romeo. Lo malo sigue siendo que como la banda ya nos ha mostrado tantas veces esta cara que sorprenden cada vez menos.
Más sinfónica es To Hell And Back, con influencias que se orientan más hacía el hard rock en algunas ocasiones pero con un estribillo algo soso. In My Darkest Hour se asemeja también mucho a Nevermore, alternando partes más calmadas con otras más veloces, Russell hace un gran papel en las voces y se le nota en mejor forma que en el anterior disco. Creo que gracias a él estas canciones se recodarán mejor que las del anterior disco, que sonaban más dispersas, sin momentos destacables.
Llegando al final la banda sigue ofreciéndonos lo mismo, sin apenas variaciones, momentos más melódicos y power, con esos momentos puntuales de duelo entre guitarra y teclado, mientras que otros ritmos se endurecen y suenan más rápidos y potentes, cargados de contundencia pero sin sonar en ningún momento excentos de pericia instrumental. Swan Song es también otra especie de power-ballad de esas que tanto gusta a la banda, pero es donde se les nota menos inspirados, casi como si las metieran para contentar a los fans. La canción más power de todas nos llega al final con Legend que está cargada de grandilocuencia y que demuestra que la banda no ha olvidado nunca sus raíces.
No es Underworld un disco malo, se disfruta bastante, más como ya he dicho que los dos anteriores pero a la banda se le nota demasiado acomodada, sin estar dispuesta a correr más riesgos, su buen hacer está intacto puesto que son grandísimos músicos, que saben donde está la clave de su sonido y de este no se mueven. Esto es lo malo que en vez de desmarcarse para intentar ejercer de líderes, se han conformado con mantener su estatus.
-Lo mejor: Lo que siempre nos han ofrecido: contundencia, melodía y virtuosismo.
-Lo peor: Su conservadurismo.
NOTA: 7,5
Tracklist:
1. Overture (02:13)
2. Nevermore (05:30)
3. Underworld (05:47)
4. Without You (05:51)
5. Kiss Of Fire (05:10)
6. Charon (06:07)
7. To Hell And Back (09:24)
8. In My Darkest Hour (04:22)
9. Run With The Devil (05:38)
10. Swan Song (07:28)
11. Legend (06:30)
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