Metal experimental
Que ganas tenía de escuchar esta nueva entrega de esta superbanda de metal experimental, ya su anterior Last City Zero fue uno de los mejores discos de su año, por tanto mis expectativas estaban muy altas. Puede que precisamente por eso el disco no me haya gustado tanto como el anterior o quizás porque creo que les he visto algo acomodados y poco dados a arriesgar, más centrados en ahondar en su sonido pero sin desarrollarlo e intentar llevarlo un paso más allá.
De primeras el disco si sorprende con el primer tema, Crossing My One Good Finger, con esos sonidos electrónicos de primeras y generando lo que tan bien hicieron con el anterior disco, que son esas atmósferas asfixiantes y oscuras pero sin abandonar en ningún momento su agresividad. También muchas canciones me han recordado más a Neurosis, puede ser porque en este disco Scott Kelly participa más en las voces, pero también por muchos recursos usados que me han recordado más a ellos.
El disco también cae en el fallo de centrarse principalmente en los ritmos, los cuáles son medios tiempos, algunos se salen de la norma, más caóticos y enrevesados, pero nunca se aceleran como ocurría en Bullets And Graves, por poner un ejemplo. También los riffs de Scott no suenan con ese aura de malignidad que destilaban antes, hay algún momento a tope de industrial que suena a Godflesh como en When Push Comes To Shank con esa distorsión sucia, lo cuál es lo que predomina en esta ocasión; pero no me transmiten esa sensación de mordiente.
Aún así decir que no es mal disco, ni mucho menos, el disco me ha ido gustando cada vez más, pero es más lento y cuesta más de asimilar. Además como he dicho al estar todas las canciones cortadas por el mismo rasero, estas se hacen menos llevaderas y difíciles de diferenciar. La única excepción es Visions Divide, una especie de country apocalítico donde Kelly nos muestra en las voces su lado más calmado pero más podrido a la vez. La voz de Mike Williams que le daba ese plus de furía en esta entrega está demasiado acomodada, sin aportar nada nuevo. Solo el spoken word trás un muro de ruido en I Was Never Good At Meth es distinto, un poco, al resto de su registro.
Sensación agridulce, con buenos momentos mientras otros pasan desapercibidos y carentes de originalidad. Un giro hacía el sonido de Neurosis, que creo que deberían alejarse de él, pues para eso ya los tenemos a ellos y además maestros que son.
-Lo mejor: Las atmósferas.
-Lo peor: Los ritmos son todos muy parecidos.
NOTA: 7,5
Tracklist:
1.Crossing My One Good Finger (06:20)
2. Superglood Tooth (04:37)
3. White Man´s Gonna Loose (05:24)
4. Hopeless Moronic (03:27)
5. Visions Divide (02:43)
6. The Hall Of Cost (02:53)
7. When Push Comes To Shank (08:03)
8. I Was Never Good At Meth (04:08)
9. Burn The Witness (07:22)
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